La silimarina se usa principalmente para proteger el hígado y apoyar su función, sobre todo en casos de daño hepático por alcohol, medicamentos o toxinas, y en enfermedades como hígado graso, hepatitis y cirrosis. Además, actúa como antioxidante y antiinflamatorio, ayudando en procesos de desintoxicación y regeneración de las células hepáticas.
Qué es la silimarina
- Es un conjunto de compuestos (flavonolignanos) extraídos del cardo mariano, una planta tradicionalmente usada para problemas de hígado.
- Se encuentra sobre todo en suplementos (cápsulas, comprimidos, jarabes) y en algunos productos para la piel.
Para qué sirve
- Ayuda en el tratamiento de enfermedades hepáticas crónicas, cirrosis y lesiones tóxicas del hígado, y puede reducir enzimas hepáticas elevadas en algunos pacientes.
- Se utiliza como apoyo para prevenir o limitar el daño por consumo excesivo de alcohol y ciertos fármacos o tóxicos ambientales.
Otros posibles beneficios
- Puede mejorar algunos síntomas digestivos relacionados con el hígado (pesadez, mala digestión) y el tránsito intestinal en ciertos casos.
- Se estudia su efecto antioxidante y antiinflamatorio en colesterol, diabetes tipo 2 y posibles efectos anticancerígenos, aunque la evidencia aún es preliminar y no sustituye tratamientos médicos.
Cómo se toma y precauciones
- Las dosis habituales en estudios rondan 140–210 mg de silimarina 2–3 veces al día, pero siempre deben individualizarse y supervisarse por un profesional de la salud.
- Puede causar molestias digestivas leves y no debe usarse para reemplazar el tratamiento médico en enfermedades hepáticas graves; es importante consultar siempre con el médico antes de iniciar el suplemento, sobre todo si se toman otros medicamentos o se está embarazada o en lactancia.
