La glucosamina sirve principalmente para ayudar a mantener y regenerar el cartílago de las articulaciones, mejorando así la movilidad y aliviando el dolor articular. Participa en la síntesis de glucosaminoglicanos y proteoglicanos, componentes fundamentales del cartílago, y también ayuda a espesar el líquido de las articulaciones para protegerlas de tensiones mecánicas. Además, tiene un efecto antiinflamatorio leve que contribuye a reducir la inflamación de los tejidos articulares, lo que alivia el dolor. Es usada especialmente para tratar la artrosis, desacelerando su progreso y mejorando la calidad de vida de personas con esta condición. También es utilizada por deportistas para proteger y cuidar sus articulaciones sometidas a esfuerzo continuo. La glucosamina puede ayudar a reducir el dolor en las articulaciones leves, mejorar la salud ósea, contribuir a la recuperación muscular y regenerar el colágeno.
